Características de la imagen digital vectorial
Seguramente todos hemos oído hablar, o incluso hemos trabajado con imágenes digitales vectoriales. Normalmente les llamamos “archivo vectorial”, y a veces eso de “imágenes” nos despista, porque es fácil asociar ese término sólo a fotografías. Sin embargo, debemos acostumbrarnos al término, ya que es la manera correcta de nombrar a cualquier archivo que contiene vectores, y que puede contener un dibujo de estilo realista, de línea, gráficos, un logotipo, un texto, o cualquier otra cosa que se os pueda ocurrir (pero siempre hecho a base de vectores).
Este tipo de imágenes son la mejor opción para las diferentes aplicaciones, usos y transferencias de archivos por diferentes razones. Veamos a continuación las ventajas y otras cosas útiles acerca de las imágenes digitales vectoriales.
¿Qué son las imágenes vectoriales?
Los vectores son líneas curvas o rectas, sencillas o complejas, que vienen dadas por operaciones matemáticas, o dicho de otra manera, son la descripción geométrica de una imagen. No hay que asustarse por esta definición, ya que gracias a los programas de diseño nos basta con dibujar, y la aplicación hará los cálculos y anotaciones correspondientes sin que tengamos que preocuparnos en absoluto por ello.
El tipo de archivo genérico para guardar o compartir imágenes vectoriales es el de extensión .eps, y eso significa que siempre que guardemos o enviemos a alguien un archivo EPS lo podrá abrir con programas del tipo de Illustrator, o también lo podrá incorporar a otro archivo de trabajo, también de carácter vectorial.
También son archivos de carácter vectorial los procedentes de aplicaciones como Illustrator, AutoCAD, Flash, o del ya desaparecido Freehand, entre muchos otros, aunque el rey por excelencia es el PDF, del que hablaremos un poco más en adelante, en esta misma entrada.
Definición de mapa de bits
Algunos conceptos pueden conocerse con distintos nombres, especialmente si se aceptan las denominaciones de otras lenguas. Eso es lo que sucede con la noción de mapa de bits, que también aparece mencionada como bitmap, pixmap, imagen matricial o imagen rasterizada. La idea de raster proviene del latín rastrum (“rastrillo”), que a su vez deriva de radere (“raspar”).

Algunos conceptos pueden conocerse con distintos nombres, especialmente si se aceptan las denominaciones de otras lenguas. Eso es lo que sucede con la noción de mapa de bits, que también aparece mencionada como bitmap, pixmap, imagen matricial o imagen rasterizada. La idea de raster proviene del latín rastrum (“rastrillo”), que a su vez deriva de radere (“raspar”).
Se trata de aquellas imágenes que se forman a partir de puntos, llamados píxeles dispuestos en un rectángulo o tabla, que se denominada raster. Cada píxel contiene la información del color, la cual puede o no contener transparencia, y ésta se consigue combinando el rojo, el verde y el azul.
De acuerdo a la cantidad de píxeles incluida en el mapa de bits, queda determinada la resolución de la imagen. Es muy común oír valores como 1280 x 720, o 1920 x 1080, y no es más que el número de puntos expresado de forma que definan el ancho por el alto. Los mapas de bits, por otra parte, pueden diferenciarse según la cantidad de colores que puede presentar cada uno de los píxeles. Esta información se expresa en potencia de 2 y en la unidad conocida como bit; hoy en día, el mínimo aceptable es 16 bits, siendo 24 y 32 más comunes. Por otro lado, tenemos el tipo RGB, donde sólo es posible un resultado opaco, y RGBA, que acepta un cuarto valor, para producir imágenes traslúcidas. Cabe aclarar que la calidad no está ligada necesariamente a las características antes mencionadas, sino que depende del buen uso que se haga de los recursos disponibles.
De acuerdo a la cantidad de píxeles incluida en el mapa de bits, queda determinada la resolución de la imagen. Es muy común oír valores como 1280 x 720, o 1920 x 1080, y no es más que el número de puntos expresado de forma que definan el ancho por el alto. Los mapas de bits, por otra parte, pueden diferenciarse según la cantidad de colores que puede presentar cada uno de los píxeles. Esta información se expresa en potencia de 2 y en la unidad conocida como bit; hoy en día, el mínimo aceptable es 16 bits, siendo 24 y 32 más comunes. Por otro lado, tenemos el tipo RGB, donde sólo es posible un resultado opaco, y RGBA, que acepta un cuarto valor, para producir imágenes traslúcidas. Cabe aclarar que la calidad no está ligada necesariamente a las características antes mencionadas, sino que depende del buen uso que se haga de los recursos disponibles.